Esta serie se compone de una cantidad masiva de retratos de gente que no existe, construidos a base de brochazos rápidos e inconscientes, errores y mucho disolvente. Se compone de 65 obras (y subiendo) de 30x42cm cada una.  Son solo 20 minutos por cuadro, en los que se mezclan diferentes técnicas y materiales.

 

En cuanto al origen de la serie: Me di cuenta de toda la pintura que estaba desperdiciando al limpiar. Así que decidí utilizar todos los grumos, las burbujas y las líneas de color que se formaban en la superficie de la paleta al entrar en contacto con el aguarrás.

 

No hay ningún planteamiento inicial, solo es instinto, solo soy yo, dando fuerte con una brocha grande contra un papel barato y hasta arriba de disolvente.